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domingo, 20 de marzo de 2011

Conocimiento Intersubjetivo y Realidad Social


W, Thomas, G.H, Mead

William Isaac Thomas lleva a cabo una serie de estudios sobre cambio social y control social incursionando en la relación individuo-sociedad. Su orientación intelectual estuvo influenciada por las teorías evolucionistas, la tradición psicológica alemana, la psicología funcional de Dwey y la sociología del conflicto de Ratzenhofer (Matthews, 1977:97).

El interés central de Thomas es la reacción individual a la sociedad. A diferencia con Cooley, él extiende su teoría de la personalidad al análisis de la personalidad adulta dándole particular atención a las características conflictivas del medio (Meltzer, Petras y Reynolds, Op. Cit.: 22). Su objeto de estudio es la unidad entre la organización social y la psicología social que surge del supuesto de que el conocimiento del sentido común no es la base adecuada para organizar el control social (Thomas, 1966: XXX).

El cambio social y el control social son conceptos fundamentales. Se consideran el resultado de las relaciones recíprocas entre la organización social y la vida individual o personalidad. El cambio social es visto como un proceso continuo que implica tanto la estabilidad como la ruptura del orden social. Las situaciones críticas contribuyen a la disrupción de la estabilidad de las instituciones. Se trata de un proceso de reorganización que produce nuevos esquemas de comportamiento y nuevas, mejor adaptadas a los cambios en las demandas del grupo (Thomas, Op. cit.: 5).

La estabilidad y cambio, tanto en el individuo como en la organización social se fundamenta en tres conceptos psicológicos: control, atención y crisis. El control es la meta central de la acción humana, la fuerza motivadora central. Este concepto reemplaza las interpretaciones previas de los procesos sociales y refleja la noción de Spencer de ajuste al medio. La atención, según Thomas, es una actitud mental que toma nota del mundo exterior y lo manipula. La crisis altera la rutina del hábito y genera atención. De manera que el seguimiento del hábito, de las tradiciones, la satisfacción de expectativas y la atención hacia objetos tradicionales mantendrán la estabilidad social.

La organización social es la organización de valores y normas a través de los cuales el grupo tiende a regular las acciones de sus miembros. La desorganización social se refiere a la disminución de la influencia de las reglas existentes tanto sobre el individuo como el grupo. La realidad social es vista incluyendo aspectos subjetivos, como actitudes y valores y aspectos concretos. La relación entre ambos aspectos explica la interdependencia del individuo, de la organización social y de la cultura.

La personalidad social de la interacción entre el individuo, el grupo y la sociedad y se manifiesta en la vida del individuo.

La interacción causal es el resultado de la relación entre la personalidad social (actitudes) y la organización social o sociedad (valores). En las instituciones que conforman la sociedad, las actitudes y los valores se manifiestan concretamente en las situaciones prácticas de la vida cotidiana.

Las actitudes y los valores según Thomas se desarrollan a partir de los "deseos", que son las fuerzas que motivan la acción. Establece cuatro deseos: El deseo de nuevas experiencias; El deseo de recibir respuestas; El deseo de seguridad; El deseo de reconocimiento;

Toda conducta es motivada por deseos. Su expresión organizada, producto del temperamento y la experiencia constituye el carácter individual (Thomas, Op. cit.; 119). Los elementos de la personalidad son el carácter y el temperamento. El temperamento está constituido por un conjunto de actitudes primarias que existen independientes de cualquier influencia social. El carácter es el YO formado a partir de actitudes organizadas a través de las influencias sociales. La personalidad es un producto de la interacción social. Incluye el entendimiento de los significados sociales y la adaptación a las demandas societarias. Es una entidad dinámica.

Las situaciones afectan el carácter el individuo, pero éste es capaz de modificar su entorno definiendo las mismas y resolviendo los dilemas de acuerdo de sus "deseos" y tendencias (Thomas, Op. cit.: 32). Es a través de la definición de la situación que el individuo interpreta las condiciones sociales en términos de sus significados. Esta es una etapa preliminar de deliberación que precede cualquier acción. La respuesta del individuo a cualquier situación particular depende de cómo el defina la situación. Thomas afirma que cuando se toma una decisión acerca de la conducta a seguir, se consideran tanto los factores objetivos y subjetivos.

Las principales contribuciones de Thomas al interaccionismo simbólico se pueden sintetizar como sigue: El esquema organización social/ desorganización social; La relación entre valores y actitudes; La dinámica concepción del surgimiento de la personalidad como producto de la interacción; Los cuatro deseos como la fuerza motivadora de la acción; La definición de la situación, proceso que le da al individuo la capacidad de actuar sobre su entorno.

Thomas al igual que Mead considera a los seres humanos como una colección de impulsos orgánicos. Ambos enfatizaron los impulsos y la naturaleza plástica del individuo lo que hace posible su relación especial con el medio ambiente.

George Herbert Mead nos habla de la dinámica de la interacción a través de la cual se desarrolla la mente, la persona y la sociedad. Parte de una perspectiva evolucionista, en donde la evolución es vista como una forma de adaptación a cierto entorno, pero no simplemente como el encajar dentro del medio, sino con la posibilidad de ejercer algún control sobre él (Mead, 1969: 30-31). Mead comparte la tradición pragmática de Dewey y James. Se interesa principalmente en el análisis de la experiencia a través de la introspección (Lauer y Andel, 1977:11).

De Wundt toma la noción del lenguaje como factor importante en el análisis del Yo, aun cuando lo critica por su paralelismo psicológico entre el gesto (cuerpo) y la emoción (mente). En Wundt el gesto se con vierte en un símbolo que se encuentra en el acto social. Sirve de estímulo a otras formas involucradas en el mismo acto. Para Mead el gesto es un nexo entre el lenguaje y la acción (Mead, 1969: 157).

A Mead le interesa el análisis de la comunicación, lo que es fundamental para explicar la interacción simbólica. La existencia de la estructura de la sociedad o el conjunto de sus instituciones sociales depende de la habilidad de los individuos de tomar las actitudes del grupo al que pertenece e internalizar los hábitos sociales. La evolución de las instituciones sociales se logra a través del desarrollo de gestos vocales, por medio del desenvolvimiento de la capacidad de los individuos para iniciar la cooperación con otros. Es la comunicación por medio de símbolos significantes.

La organización de la sociedad humana se da a través de la intercomunicación y la participación. Las instituciones sociales representan actitudes definidas que la gente asume bajo ciertas condiciones, de manera que, la participación en ellas les permite a los individuos tomar las actitudes de la comunidad. El YO surge dentro de este mismo proceso que da origen al surgimiento de la sociedad, ya que las instituciones representan actitudes definidas que la gente asume bajo ciertas condiciones, La interacción simbólica es según Mead (1969) un intercambio de comunicación. Se trata de una conducta con significado en donde se responde a la invitación a reaccionar hecha por los otros en una forma socialmente adaptativa.

El punto de partida de su análisis es el gesto, que incluye un tipo de comunicación, que se trata de un símbolo y que va a tener significado cuando el individuo es capaz de tomar el rol del otro. Es decir, cuando ese gesto produce en ambos la misma respuesta, porque ambos comparten la misma comunidad de significado. En este proceso de intercambio de comunicación, el gesto el signo, el lenguaje, pueden evocar otros gestos. Se puede responder con gestos que motiven en las otras alteraciones en sus respuestas. Al nivel individual se produce una conversación interna.

Dentro del proceso enunciado surge la mente que internaliza la conversación externa de gestos significantes. El YO o la persona social surge en este proceso, en el cual se influencian las personas y se hacen propias las actitudes de los otros dentro de un intercambio de estímulos y reacciones. Así, el desempeño de roles va a suponer en primera instancia el ser capaz de tomar el rol del otro y el concebirse a sí mismo como un objeto de análisis (objetivo para sí). La comunicación de los significados que emergen de la interacción, son respuestas significativas. Estas se objetivan en los gestos o en el lenguaje.

Mead define al Yo como un objeto para sí, lo que es posible únicamente dentro de la sociedad por medio de la comunicación. La comunicación provee las condiciones para el individuo se convierta en un objeto para sí, lo cual se da a partir del desempeño de roles. El individuo se experimenta a sí mismo en forma indirecta desde el punto de vista de los otros miembros del grupo con quienes comparte significados y reflexividad.

El entorno social está lleno de significados (estímulos organizados), la capacidad de distinguir entre ellos reside en la mente. La mente humana tiene la capacidad de utilizar símbolos, de describir significados para otros y para sí mismo (Mead, 1969: 194). La mente es un producto social, que surge de la experiencia a través del uso del lenguaje. Ambos, la mente humana y el lenguaje son parte de un proceso interactivo que ocurre entre el organismo y el medio. Este es también un proceso básicamente reflexivo.

En síntesis, la estructura de la sociedad descansa sobre la habilidad individual de tomar la actitud del grupo al que se pertenece y de internalizar los hábitos sociales del mismo.

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