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lunes, 9 de julio de 2012

Interaccionismo simbólico

Esta corriente de teoría social propone pensar la realidad social desde una perspectiva también microsociológica y algunos de sus principales exponentes fueron Blumer, George Mead y Goffman.  Los principios que sostiene esta corriente y que fueron sistematizados por Blumer afirman que:
1. A diferencia de los animales inferiores los seres humanos están dotados de capacidad de pensamiento
2. La capacidad de pensamiento está modelada por la interacción social
3. En la interacción social las personas aprenden significados y los símbolos que les permiten ejercer su capacidad de pensamiento distintivamente social.
4. Los significados y los símbolos permiten a las personas actuar e interactuar de manera distintivamente humana.
5. Las personas son capaces de alterar o modificar los significados y los símbolos que usan en la acción y la interacción sobre la base de su interpretación de la situación.
6. Las personas son capaces de introducir estas modificaciones y alteraciones debido, en parte, a su capacidad para interactuar consigo mismas, lo que les permite examinar los posibles cursos de acción y valorar sus ventajas y desventajas relativas para luego elegir uno.
7. Las pautas entretejidas de acción e interacción constituyen los grupos y las sociedades.

Entre los principales conceptos desarrollados por esta corriente se cuenta la Capacidad de pensamiento, esto significa que tanto Cooley como Mead pensaron que las personas no son unidades motivadas por fuerzas externas o internas que escapan a su control o situadas dentro de alguna estructura más o menos establecida, sino como unidades reflexivas e interactivas que componen la entidad social. La capacidad de pensamiento habilita a las personas para actuar reflexivamente más que a conducirse irreflexivamente.

Por otro lado, distinguen el cerebro fisiológico de la mente, porque se puede disponer del primero sin tener el segundo, como es el caso de los animales inferiores. La mente es concebida no como una cosa sino como un proceso ininterrumpido que guarda relación con la socialización, los significados, el self y la interacción.


Otro de los conceptos centrales de esta teoría es la de pensamiento e interacción, considerada como el resultado de la interacción social: esta capacidad se configura y refina mediante este proceso, que en su forma más específica se denomina socialización.

Los sociólogos tradicionales consideran la socialización como un proceso por el cual las personas aprenden las cosas que necesitan para vivir en la sociedad. Para los interaccionistas simbólicos, sin embargo es más dinámico, ya que permite a las personas desarrollar la capacidad de pensar de una manera distintivamente humana, y por lo tanto no es unidireccional sino que el propio actor le imprime forma y adapta la información a sus propias necesidades.

Les interesa la interacción en general, y no solamente aquella que se produce en la socialización. Para Blumer hay dos formas básicas de interacción: la interacción no simbólica que no implica necesariamente el pensamiento (la conversación de gestos por ej.) y la interacción simbólica que sí requiere de un proceso mental.

Los interaccionistas no necesitan negar la existencia de objetos en el mundo real, sino que sostienen que estos objetos son cosas que están "ahí fuera" en el mundo real, pero lo importante es el modo en que los actores los definen. Esta perspectiva conduce al relativismo, de acuerdo a los diferentes significados que le dan a los objetos los distintos individuos, tras el aprendizaje realizado en el proceso de socialización.

A la pregunta referida a cómo se produce el aprendizaje de significados – otro de los conceptos centrales del interaccionismo – Mead responderá que el significado no se deriva de los procesos mentales sino de la interacción social. Distingue entre "signos" que son los que significan algo por sí mismos y a los que puede responderse irreflexivamente y "símbolos" que son objetos sociales que se usan para representar o significar otra cosa que las personas acuerden.

El sistema de símbolos que los interaccionistas destacan es el lenguaje (porque para ellos las palabras son símbolos que se utilizan para significar otra cosa) ya que éste es el que hace posible todos los demás símbolos. Estos símbolos, y el lenguaje en particular, cumplen ciertas funciones: permiten a las personas relacionarse con el mundo social y material nombrando, clasificando y recordando objetos; incrementa la capacidad de las personas para percibir su entorno; aumentan la capacidad de pensamiento; ensanchan la posibilidad de resolver problemas; permiten trascender el tiempo; también permiten imaginar realidades metafísicas y finalmente les permiten a las personas dirigir sus acciones en el entorno.

Otro concepto muy trabajado por los interaccionistas es el de self, constituyendo el centro del esquema intelectual que desarrollaron. Para Cooley el self era especular y refería a la capacidad de vernos a nosotros mismos como vemos a cualquier otro objeto social. Se compone de tres elementos: Primero, imaginamos cómo aparecemos ante los demás, segundo imaginamos qué oirán ellos de nosotros y tercero desarrollamos un sentimiento de nuestro self como consecuencia de imaginarnos las opiniones de los demás.


Para Blumer el self es un proceso, no una cosa y significa que un ser humano puede ser un objeto de su propia acción... que actúa hacia sí mismo y que guía sus acciones. Para Mead, que fue quien realizó un desarrollo más acabado de este concepto y coincidiendo con los otros autores, el self es la capacidad que tienen los sujetos de considerarse a sí mismos como objetos y presupone la comunicación entre los humanos. La condición del self, entonces es la de salir "fuera de sí" para poder evaluarse a sí mismos, prapoder convertirse en objetos para sí.

Mead sitúa la génesis del self en dos etapas del desarrollo infantil. La primera es la etapa del juego durante la cual el niño aprende a adoptar la actitud de otros niños determinados: "juegan a ser otro". Allí el niño empieza a ser capaz de construir su self, aunque es un self limitado. La siguiente etapa es la etapa del deporte el niño adopta la organización de todos y comienza a ser capaz de funcionar en grupos organizados. Si en la etapa anterior el niño adopta al "otro determinado", en la etapa del deporte el niño adopta el "otro generalizado" que es la actitud del conjunto de la comunidad. Sólo en la medida que el individuo adopte las actitudes del grupo social organizado al cual pertenece, desarrollará un self completo.

Además este autor aclara que cada self es diferente de los demás, y aunque comparten una estructura común, cada uno recibe una particular articulación biográfica. No existe en la sociedad un único y gran otro generalizado sino muchos otros generalizados debido a la pluralidad de grupos que existen.

Por otro lado el self tampoco es monolítico para Mead, sino que tiene dos aspectos o fases: el "yo" que es la respuesta inmediata de un individuo a otro, es un aspecto incalculable, imprevisible y crativo del self. No somos totalmente conscientes del yo, más que cuando se ha realizado en acto. La otra fase es el "mi" que puede sintetizarse como el conjunto organizado de actitudes de los demás que uno asume, es la adopción del otro generalizado, implica la responsabilidad consciente y conforma un individuo habitual y convencional.

"Yo" y "mi" interactúan dialécticamente en forma constante porque todos los individuos tienen estos dos aspectos: un conformista estará dominado por el "mi", un innovador por el "yo". El "mi" permite al individuo vivir cómodamente en el mundo social, mientras el "yo" hace posible el cambio en la sociedad.

Por último Goffman, basado en la idea de self que desarrolló Mead, afirmará que hay una discrepancia fundamental entre nuestros selfs demasiado humanos y nuestros selfs socializados. Sobre la base de esta tensión explicará que las personas, con el fin de mantener una imagen estable del self, actúan para sus audiencias sociales. De ello deriva su enfoque dramatúrgico de la construcción social.

Para Goffman el self no es una posesión del actor, sino un producto de la interacción dramática entre el actor y la audiencia. Los actores esperan que el self que presentan a la audiencia sea lo suficientemente fuerte de modo que la audiencia defina a los actores tal y como ellos desean.

Siguiendo la línea de la analogía teatral, Goffman afirmará que la fachada es la parte del escenario que funciona regularmente de un modo general y prefijado a fin de definir la situación. Dentro de la fachada se puede distinguir entre medio (escenario físico que rodea a los actores para su actuación) y la fachada personal (partes escénicas de la dotación expresiva que la audiencia identifica con los actores). La fachada personal se subdivide a su vez en apariencia y modales. Las fachadas tienden, según este autor, a institucionalizarse, de modo que se crean representaciones colectivas a partir de las cuales los actores asumen roles ya establecidos.

Etnometodología


Esta corriente tiene su origen en la propuesta de Garfinkel y aunque comenzó sus trabajos a fines de los años ´40, apareció sistematizada por primera vez en una publicación de 1967 en un libro que llamó Studies in Ethnomethodology.
Los primeros estudios etnometodológicos que realizó este autor (llamados experimentos de ruptura) se centraron en ambientes no institucionalizados y corrientes tales como el hogar. Más tarde se comenzaron a estudiar prácticas cotidianas en una amplia variedad de ambientes institucionales (juzgados, clínicas médicas, etc.) para comprender el modo en que las personas realizan sus tareas en estos lugares y cómo, al realizarlas crean la institución a la que pertenecen.
La segunda variante importante de la etnometodología es el análisis conversacional, cuyo objetivo es el análisis minucioso y la comprensión de las estructuras fundamentales de la interacción conversacional. Se entiende la conversación como una actividad interactiva que exhibe propiedades estables y ordenadas que constituyen logros analizables de los conversadores. Las reglas y procedimientos de las conversaciones no determinan su desarrollo, sino que se usan al llevarla a cabo.
Si bien los etnometodólogos se interesan por un objeto de estudio similar al de la Fenomenología, se diferencia de ésta porque la metodología que utilizan es esencialmente empírica, basando sus estudios en investigaciones de este carácter para después derivar de ellos ideas teóricas.
Por otro lado, al aceptar algunos métodos de la sociología tradicional, más que estudiar la conciencia (a la que atribuyen una importancia fundamental), se centran en las actividades empíricamente observables. Especialmente se interesan por investigar el modo en quelas personas construyen o reconstruyen la realidad social.
Los etnometodólogos se centran en lo que la gente hace, (más que lo que piensan como lo haría un fenomenólogo) considerando lo que las personas – en tanto sujetos racionales – usan ese razonamiento práctico para vivir su vida cotidiana.
Esta corriente realiza una crítica aguda a las teorías sociológicas que consideran al actor como alguien desprovisto de juicio, sin embargo no creen que las personas sean "reflexivas, autoconscientes y calculadoras hasta un punto ilimitado" porque reconocen, como Shütz que las acciones cotidianas suelen ser más bien rutinarias y relativamente irreflexivas.
Garfinkel, uno de los principales sostenedores de esta corriente cree el hecho fundamental de la sociología son "los hechos sociales", pero no como los pensaba Durkheim: externos y coercitivos para los individuos a quienes las estructuras e instituciones constriñen y determinan haciendo muy difícil que puedan ejercer su juicio de manera independiente, sino que, aunque coincide en que son fenómenos objetivos, cree que existen en el nivel micro: la organización se produce local y endógenamente.
Para Garfinkel los hechos sociales son el resultado del esfuerzo concertado de las personas en la vida cotidiana, pero tampoco le interesa focalizarse en los procesos cognitivos, sino que su preocupación se centra en los procedimientos, los métodos y las prácticas que utilizan las personas, porque para él el orden social es un "logro práctico constante". El uso de los procedimientos prácticos es universal e ineludible porque se constituyen en todas partes... sin posibilidad alguna de eludirlos, ocultarlos, posponerlos o negociarlos. Las personas no pueden evitar el uso de etnométodos en su vida cotidiana.
Algunos de los conceptos centrales de Garfinkel son el de reflexividad entendiéndolo como el proceso en el que todos estamos implicados para crear la realidad social mediante nuestros pensamientos y acciones, aunque raramente seamos conscientes de él porque por lo general nos lo ocultamos a nosotros mismos. Si una persona no responde a nuestro saludo de un modo esperado, posiblemente nos detengamos a pensar que estamos intentando reafirmar el mundo de los saludos que conocemos e intentemos explicar la respuesta inadecuada. Si la respuesta hubiera sido normal, no seríamos conscientes del esfuerzo reflexivo que realizamos.
Garfinkel piensa que el orden de la sociedad se deriva, al menos parcialmente, de la reflexividad de las personas: rechaza la idea de que el orden deriva meramente de la conformidad de las normas. Es la conciencia del actor de sus opciones, así como su capacidad de anticipar cómo van a reaccionar los otros, lo que dispone el orden en el mundo cotidiano.

Otro de los conceptos que trabaja este autor es el de las explicaciones, en tanto el proceso por el que las personas dan sentido al mundo, ofreciendo, aceptando o rechazando explicaciones. Los etnometodólogos se interesan por las prácticas explicativas, no juzgan la naturaleza de las explicaciones sino que las analizan en función de cómo se usan en la acción práctica (los métodos necesarios que utilizan emisor y receptor para emitir, comprender, aceptar o rechazar las explicaciones).
Además trabaja la idea de indexicalidad (concepto derivado de la lingüística) que remite a que las proposiciones tienen significados que difieren en función del contexto. Decir "llueve" no tiene el mismo significado si estamos en un almuerzo al aire libre que si es enunciado durante una temporada de sequía. Las explicaciones, expresiones y acciones prácticas deben interpretarse dentro de su contexto particular, a la vez que ponerse en lugar del actor a fin de comprender lo que está diciendo o haciendo.
Otro concepto utilizado por Garfinkel es el Principio Etcétera por el cual se entiende que todas las situaciones implican aspectos incompletos que los participantes deben rellenar para que la situación prosiga. Vivimos nuestra vida cotidiana a pesar de toparnos constantemente con ambigüedades y vacíos que admitimos esperando que más tarde se clarifiquen.
Finalmente Garfinkel dará mucha importancia al lenguaje natural para que las personas puedan hablar, escuchar y presenciar la producción y realización objetiva de la vida social a través de un sistema de prácticas. Este lenguaje natural no se compone de elementos lingüísticos sino más bien del conjunto de elementos no lingüísticos de la comunicación interpersonal: la necesidad de turnarnos para conversar, superar las interrupciones en una conversación, etc. Supone una preocupación por la estructura básica de la interacción entre el hablante y el oyente.

Fenomenología

La Fenomenología como corriente sociológica encuentra sus raíces intelectuales en el trabajo filosófico de Edmund Husserl (1859 –1938). La propuesta teórica de la Sociología Fenomenológica se encuentra relacionada directamente con la obra de Alfred Schutz. Los intereses principales de esta corriente se encuadran en una perspectiva micro sociológica, y están orientados al modo en que las personas producen activamente y mantienen los significados de las situaciones. También se interesan por el modo en que las acciones de las personas construyen las situaciones de la vida cotidiana.
Metodológicamente la Fenomenología ha centrado sus esfuerzos en tratar de encontrar un modo de estudiar empíricamente los aspectos subjetivos y las actividades de la conciencia, aunque sin haber podido resolver este problema de un modo satisfactorio. Las investigaciones, por lo tanto, se basaron en el estudio de sus propias experiencias y en la reflexión teórica respecto del funcionamiento de la conciencia. Afirman que si bien no es posible tener un acceso directo a la conciencia o a las experiencias subjetivas de otros, es posible conocer su naturaleza y contenido mediante sus expresiones y la información que proporcionan los entrevistados.
Schutz centrará sus análisis en la intersubjetividad, no en tanto mundo privado sino como algo común a todos. La intersubjetividad existe en el "presente vivido", donde compartimos el tiempo y espacio con otros. A este autor no le interesaba la interacción física de las personas sino el modo en que comprenden recíprocamente sus conciencias: a esto llamará relaciones intersubjetivas.
La intersubjetividad se desarrolla en el mundo de la vida, categoría que el autor utiliza para hablar del mundo del sentido común o mundo de la vida diaria. Este mundo de la vida se caracteriza por desarrollarse en una tensión entre la conciencia (denominado estado de alerta por Schütz) en el que el actor presta plena atención a la vida y el mundo de los sueños, donde el actor no está despierto. Una segunda característica está dada porque el actor no duda de la existencia de este mundo, a diferencia del científico que sí duda del mundo de la vida.
La tercera característica consiste en que el mundo de la vida es aquel en el que las personas trabajan, es decir, emprenden una "acción en el mundo externo basada en un proyecto y caracterizada por la intención de producir mediante el movimiento corporal, el estado de cosas proyectado". La cuarta característica es que el sujeto experimenta el self trabajador como la realización del self pleno. En quinto lugar, el mundo de la vida se caracteriza por una forma específica de socialidad que implica el mundo intersubjetivo común de la comunicación y la acción social. Finalmente en el mundo de la vida existe una perspectiva específica del tiempo que implica la intersección del flujo del tiempo personal y del flujo temporal de la sociedad.
Cada sujeto tiene su propio mundo de la vida, aunque existan numerosos elementos comunes a todos ellos. Además es intersubjetivo, pero existía antes de nuestro nacimiento porque otros lo crearon. Dentro del mundo de la vida existen las tipificaciones, que son constructos de primer orden en el mundo social que determinan las acciones a partir de un tipo constituido de experiencias anteriores. Las tipificaciones ignoran los rasgos individuales y se centran sólo en las características genéricas y homogéneas. En cualquier situación que se da en el mundo de la vida cotidiana, una acción viene determinada por experiencias anteriores
Las recetas, en tanto, son hábitos culturales de trivialidades que no se cuestionan y sirven de técnicas para comprender y controlar aspectos de la experiencia. Schütz señala que nos servimos de "un conocimiento del libro de recetas culinarias... para tratar las cuestiones rutinarias de la vida cotidiana...". El saludo típico que utilizamos cuando nos encontramos con un conocido suele responder a una receta.
Por otro lado existe una diferencia importante entre los elementos del reino cultural que poseen los individuos y esto es debido a que las experiencias personales difieren. Lo que Schütz denominará acervo de conocimiento tiene un esencial componente privado y único pero a la vez "... la secuencia, la profundidad y proximidad de la experiencia, e incluso la duración de las experiencias y la adquisición de conocimiento son socialmente objetivadas y vienen socialmente determinadas. En otras palabras, existen categorías sociales de articulación biográfica"
Existen para Schütz cuatro reinos de la Realidad Social, distinguibles por el grado de inmediatez (esto es, la medida en que las situaciones están al alcance del actor) y el grado de determinabilidad (medida en que el actor puede controlar las situaciones):
Folgewelt o Futuro: es totalmente libre e indeterminado. El científico social puede anticiparlo sólo de una manera muy general y no le resulta posible describirlo en detalle. No considera prudente confiar en tipos y modelos ideales.
Vorwelt o Pasado: es más susceptible de análisis por parte del científico porque las acciones de los que vivieron en el pasado están totalmente definidas. No hay elementos de libertad en el pasado porque las causas y resultados de estas acciones ya han ocurrido, sin embargo su interpretación es difícil porque usamos categorías contemporáneas de pensamiento para analizarlas. Esto hace que aunque una interpretación subjetiva del pasado es posible, también está sujeta a errores.
Umwelt y relaciones – nosotros: Es posible realizar interpretaciones de nuestros contemporáneos y con los que estamos en estrecho contacto cara a cara. Las relaciones – nosotros se definen por un grado relativamente alto de intimidad, que viene determinado por la medida en que los actores están familiarizados con las biografías personales de los otros. Son relaciones personales e inmediatas y por lo tanto existen muchos indicadores de la experiencia subjetiva de otros. La inmediatez permite a cada actor penetrar en la conciencia del otro.
En el ámbito de las relaciones – nosotros la mayoría de las acciones se realizan cotidianamente de acuerdo con recetas, las personas generalmente no reflexionan sobre lo que hacen o sobre lo que hacen los otros, aunque cuando se topan con acciones inadecuadas se ven en la obligación de abandonar sus recetas y reflexionar sobre lo que sucede para crear una respuesta apropiada.
Mitwelt y relaciones – ellos: es el aspecto del mundo social en el que las personas tratan sólo con personas tipo o con grandes estructuras sociales, en lugar de realcionarse con actores reales. Las distancias espaciales hacen imposible la interacción cara a cara. Si la situación espacial cambia y las personas se acercan unas a otras, entonces se hace posible la interacción cara a cara, pero si esto ocurre, hemos regresado al umwelt. No hay divisiones claras entre diferentes niveles de mitwelt y dependen del grado de anonimato.